Son muchas las ocasiones en la que nuestros pacientes nos preguntan: ¿Es bueno crujirse las articulaciones (dedos, espalda…)?
Para responder a esta pregunta os explicaremos por que se producen "los crujidos" y que efectos pueden tener.
¿Por qué crujen las articulaciones?
Cuando una articulación cruje o se escucha un chasquido, eso
se llama “efecto cavitación”. Los materiales pueden encontrase en estado líquido,
sólido o gaseoso según la presión y la temperatura a la que se encuentren. De
esta forma, el líquido sinovial (el que está dentro de las articulaciones) en
estado normal es líquido, pero cuando está un poco más frío de lo normal y/o la
presión dentro de la articulación aumenta al realizar un movimiento o por fuerzas
tensionales de los músculos, parte del líquido sinovial se convierte en gas, formándose
unas burbujas dentro de la articulación, produciendo el chasquido o “trust”. Pasado
unos diez a quince minutos aproximadamente, dichas burbujas se disuelven en el
mismo líquido y desaparecen, permitiendo a la articulación volver a crujir. Es una
implosión dentro de la articulación y escuchamos el cambio repentino del
líquido pasando a gas por el cambio de presión, como cuando escuchamos el agua
hirviendo.
Las manipulaciones tienen el efecto de relajar la musculatura
circundante, por ello hay personas a las que les resulta tan agradable y hay
veces que puede ser necesario en un tratamiento, pero no por crujir más se soluciona la lesión. De hecho, si tras la
manipulación el dolor solo se alivia momentáneamente, y sigues percibiendo los
mismos síntomas a corto plazo, esto puede ser debido a otras causas como un
desequilibrio muscular, por lo que se debería proceder con otros tratamientos
en lugar de manipular de forma insistente sobre las mismas articulaciones.
Cuando las articulaciones son manipuladas por un profesional
y las hace crujir de forma intencionada, lo hace de forma que la articulación
sea forzada lo menos posible con unos gestos y parámetros específicos. Durante
un tratamiento no tiene sentido hacerlo
más de dos veces por semana. En cambio si lo hacemos por simple gusto
varias veces o nos la realiza alguien que no tenga la formación adecuada, la
articulación puede verse especialmente forzada e incluso llegar a lesionarnos.
Por otro lado, no hay asociaciones demostradas entre crujir
una articulación y provocar artrosis, pero si se pueden encontrar casos que
relacionan manipular de forma innecesaria y empeorar el desequilibrio muscular
y por tanto la lesión.
Una vez entendido como se producen y que efectos tienen sobre el cuerpo podemos responder que las manipulaciones NO son buenas, siempre que no las realice un
profesional experto, y menos aún si se hace de forma descontrolada varias veces
al día.