jueves, 15 de marzo de 2018

El dolor I. Clasificación y Tratamiento.


El dolor se define como una experiencia sensorial (objetiva) y emocional (subjetiva) generalmente desagradable, que pueden experimentar todos los seres vivos que disponen de un sistema nervioso. Es una experiencia asociada a una lesión tisular o expresada como si esta existiera.
Sin embargo, los seres humanos necesitamos sentir dolor para nuestra supervivencia, ya que el dolor es el sistema de alarma que nos avisa que algo le está ocurriendo a nuestro organismo. 

El dolor podemos clasificarlo en:
  • Dolor agudo: tiene una duración de hasta 6 semanas (aunque normalmente transcurre durante un breve periodo de tiempo), está relacionado con una lesión en los tejidos como un golpe, una cirugía, el parto, etc. Normalmente existe un período de intensidad del dolor, seguido por el alivio y la reanudación de la vida cotidiana. Por lo que no afecta en gran medida a la vida cotidiana y a nuestro entorno social. Ejemplos de dolor agudo: un arañazo, un esguince, etc.
  • Dolor crónico: tiene una duración mayor de 3 meses (puede durar incluso años), persiste después de la curación de la lesión de los tejidos, no hay daños tisulares. No tiene por qué estar relacionado con ninguna lesión, y si está relacionado, esta ocurrió hace bastante tiempo. Es una de las principales causas de incapacidad, y afecta en gran medida a nuestra vida diaria y a nuestro entorno social. Puede estar relacionado con enfermedades reumáticas y autoinmunes. Ejemplos de dolor crónico: fibromialgia, lumbalgias de repetición, migrañas, bruxismo, etc. 
 
Los tratamientos más utilizados para aliviar el dolor son: 
  •  Medicamentos: es el principal tratamiento, podemos encontrar varios tipos: opioides, relajantes musculares, analgésicos, etc. El problema que puede conllevar este tipo de tratamientos es la dependencia (muestra síntomas de abstinencia si se corta el tratamiento), tolerancia (necesita cada vez más dosis para experimentar el mismo alivio) y adicción (consumo compulsivo de medicamentos). Se usan tanto en dolor agudo como en dolor crónico. 
 
  • Cirugía: es muy útil en dolor agudo, en el dolor crónico algunas veces es beneficiosa aunque en la mayoría de casos no se encuentran grandes cambios.
  • Terapia psicológica: este tratamiento es esencial en el caso del dolor crónico, tanto para la persona que lo sufre como para su familia. La terapia suele incluir técnicas de relajación (como la de Jacobson), formas de comunicación saludables con su círculo más cercano, y favorecer cambios en el estilo de vida. Además, se puede realizar un autoregistro para saber en qué momento sintieron dolor, qué estaban haciendo y qué intensidad tenía el dolor.
  • Terapias alternativas: Suele ser un buen tratamiento para personas a las que no le ha servido la medicina convencional. En ella encontramos numerosas técnicas como: la acupuntura, la naturopatía, la reflexología podal, meditación, reiki y la homeopatía. Muchos de estos tratamientos no tienen evidencia científica, aunque otros han demostrado ser igual de útiles o más que algunos fármacos. También se usa más en el caso del dolor crónico.
  • Fisioterapia: encontramos técnicas manuales como: la osteopatía, masaje, movilizaciones articulares, estiramientos, etc.  Y técnicas de electroterapia: ultrasonidos, TENS, microondas, magnetoterapia, etc.  Estas técnicas suelen ser muy útiles en el caso del dolor agudo, sin embargo en el caso del dolor crónico solo ofrecen un alivio a corto plazo. En el caso del dolor crónico, la técnica que mejores efectos ha demostrado es el ejercicio terapéutico: fisio-pilates, ejericios en piscina, control postural, etc. Siempre es recomendable que vayan guiados por un fisioterapeuta.

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